La española BQ lanzaba este verano un smartphone de fabricación china para competir con la gama media-alta de Android. El Aquaris 5.0 (especificaciones completas) debe su apellido al tamaño de su pantalla, cinco pulgadas. Es decir, relativamente grande, y eso condiciona su mercado: tiene prestaciones e intención de competir con los grandes, pero en esa liga no destaca lo suficiente.
Haciendo un símil futbolístico, sería un equipo humilde en primera división, y como buen equipo humilde la diferencia está en el presupuesto… o en su caso, en el precio.
El Aquaris 5 se vende por 199,9 euros (es decir, 200) libre, lo cual es un buen precio, competitivo con móviles de gama alta con permanencias, pero no tanto con móviles de gama media-alta -que son su verdadera competencia-. Además, el hecho de que el Nexus 4 haya bajado drásticamente de precio hace unas semanas hace necesario revisar el precio que, ojo, no es malo.
Porque el móvil está bien llevado, aunque sin deslumbrar. Tiene cosas muy positivas, como incorporar una doble ranura SIM y otra para una tarjeta MicroSD de hasta 64 Gigas, ambas fácilmente accesibles junto a la batería. Pero tiene lo malo de que reparte el espacio de almacenamiento, al estilo de los ‘viejos’ Android de gama alta (como el HTC Desire) y limita una pequeña parte para aplicaciones.
Cuestión de gustos
El tamaño del terminal es, a la vez, algo bueno y malo. Para quienes gusten de grandes pantallas están de enhorabuena, pero los que preferimos algo más moderado en el bolsillo del pantalón, o bien tenemos manos algo más pequeñas que las de Pau Gasol, agradeceríamos menos despliegue de pulgadas.
Por cierto, la pantalla no repele especialmente bien la grasa de los dedos -como la mayoría-, pero no parece tan endeble como otras muchas, sin ser Gorilla Glass ni nada por el estilo. Eso sí, si usas gafas de sol polarizadas prepárate a descubrir un mundo alternativo de colores, algo que con otros terminales no sucede. Una anécdota, poca importancia.
El tamaño también afecta al peso: el teléfono no es ligero en la mano, o no al menos comparado con terminales Samsung, por poner un ejemplo. Además: para qué tanto tamaño si, aunque la resolución es buena, la densidad de píxeles no es ninguna maravilla y la grabación de vídeo no es HD completo.
Las cámaras, a pesar de ello, están bien. Presenta una formal estándar para videoconferencia y una trasera de ocho megapíxeles, lo cual no está nada mal. Otra cosa muy buena de la personalización del Android que lleva es que se ha simplificado el uso de la cámara de base y se han aplicado mejoras, por ejemplo para tomar fotografías desde varios ángulos -el efecto contrario al de la panorámica, para entendernos-
Apariencia agradable, acabado mejorable
Siguiendo por el aspecto físico, el móvil es de plástico. Eso no tiene nada malo, pero los modelos con los que parece querer competir tienen un mejor acabado. No parece endeble, más bien al contrario, pero desmerece un diseño que recuerda a otros terminales, aunque con un aspecto exterior aparentemente menos cuidado. Tiene los botones físicos típicos, aunque quizá demasiado pronunciados (encendido, volumen), un conector MicroUSB y un jack de 3,5 estándar que, como antaño, hace de antena de radio.
La conectividad en general es buena: es rápida con las conexiones telefónicas, a diferencia de modelos más perezosos, y aunque el bluetooth no es 3.0, la conexión está bien trabajada con un acceso preinstalado para conectar periféricos con este protocolo (el icono es un ratón y un teclado, sirva como idea).
En general la batería es correcta: 2.200 mAh que sobreviven a un día de uso intenso con unas pocas aplicaciones. Algo mayor que muchos terminales similares, pero lejos de marcar una diferencia determinante.
Otra de las cosas positivas es que se ha hecho una personalización de Android muy ligera, casi imperceptible, y buena en casi todos los aspectos: han ampliado las funciones de la barra de notificaciones (incluyendo conexión a red móvil, perfiles de audio -otra novedad-…), han añadido la opción de reinicio (que sólo está disponible en los Android cuando se rootean), incluye programación de encendido y apagado del terminal…
Lo malo, eso mismo: al personalizar Android ya no es un Android puro, aunque de aspecto lo parezca, lo que hace que no reciba al momento las actualizaciones del sistema y se quede en un 4.2.1 que tampoco está tan mal (de momento).
Poca ‘pintura’ en el SO, y la que hay lo mejora
Hay poco software preinstalado, lo cual también es bueno, y algunas apps valen la pena: por ejemplo, lleva dos (no sé porqué, uno sobra) exploradores de archivos la mar de funcionales, un botón para comprobar directamente si hay actualizaciones de sistema y una grabadora de voz que no sirve para grabar llamadas, pero sí para conversaciones no telefónicas.
Otra de las grandes cosas, aunque a muchos les parezca una tontería, es que recupera algo que muchos Android ya no tienen: una radio FM. Y digo que parece una chorrada porque escuchar la radio desde una app consume unos 50 megas cada hora, así que… igual ya no es tan poca cosa.
En el apartado software, además de la limitación de almacenamiento para apps, hay otra cosa que mosquea: la gestión multitarea de las últimas versiones de Android -y que ahora Apple ha copiado en iOS 7- es más bien poco intuitiva. Sí, se trata de eso que sale apretando un botón de la pantalla con todas las apps abiertas y con sólo deslizar el dedo vas cerrándolas. Sé que el terminal lo tiene, porque saltó accidentalmente, pero escondido de una forma un tanto complicada, cuando otros Android lo tienen con un click.
En resumen: es un buen equipo para luchar por la permanencia en Primera, aunque deberían ajustar más el presupuesto. Los componentes del equipo están bien, el trabajo táctico -digo, de personalización del sistema operativo- es muy bueno, y recupera a jugadores veteranos como la Radio FM, y los combina con un concepto práctico -doble SIM y MicroSD-. Un buen gama media-alta… que será mejor si le hacen una rebaja tras el movimiento de Google con Nexus.