Lunes, ocho de la mañana. La carrera del día a día ya ha comenzado. Un café bebido a toda prisa y toda la jornada por delante para apagar fuegos y enfrentarse a los quehaceres cotidianos. Tanto el móvil como el tablet están a tope de batería tras toda una noche pegados al enchufe. Un hábito convertido en necesidad tras un par de sustos en los que uno ha acabado desconectado en la mitad de la jornada por falta de previsión: cargar los gadgets de noche es una obligación cotidiana que ya no se puede eludir. Vivimos en una sociedad hiperconectada y pocos pueden ya permitirse el lujo de salir de casa sin el móvil, o incluso quedarse sin batería a mitad del día.

Sin embargo, esta necesidad tan imperiosa para la gran mayoría de los usuarios se ve confrontada con unos fabricantes que siguen decidiendo que lo que más necesitamos es un tamaño compacto y estilizado y no una batería generosa que nos libere del estrés de tener que mirar de reojo varias veces al día el tiempo extra que nos queda para WhatsApp, correo y alguna que otra llamada. Son contadas las marcas que han concedido a los usuarios el privilegio de hacer que los compradores se olviden de estas cadenas y disfruten de sus equipos sin limitaciones, pero esta pesadilla podría ver pronto su fin gracias a los últimos avances que se han presentado al mercado.

No deja de ser una paradoja que el grueso de los smartphones más vendidos del mercado cuenten con una batería que a duras penas aguanta el día completo. Y nos hemos habituado a ello. El caso es que el asunto ha mejorado tímidamente con respecto a otros tiempos en los que era bastante habitual ver a usuarios que llevaban en sus bolsillos una batería adicional cargada para poder sobrevivir conectados por la tarde. Algunos de estos smartphones, como el Palm Pre, ‘morían’ sin remisión a media jornada dejando a los pies de los caballos a sus propietarios. Y la red está inundada de consejos que permiten estirar al máximo la batería de los móviles, como desactivar el Bluetooth, 3G o notificaciones push, o lo que es lo mismo, convertir en móvil avanzado en uno de primera generación sacrificando sus funciones más interesantes. Por fortuna, este mal endémico no ha afectado a los tablets, que en su mayoría llegan al mercado con baterías generosas que permiten su uso ininterrumpido durante al menos un par de días.

Pero como suele ser habitual, llega la tecnología al rescate, y no creas que siempre de la mano de los fabricantes. Nos desplazamos hasta Phoenix, Arizona, localidad en la que han saltado los titulares del grueso de los medios tecnológicos para hacerse eco de una noticia que podría cambiar la industria. Intel celebraba su anual International Science and Engineering Fair en la que se galardonaban las mejores ideas entre estudiantes en el mundo de la tecnología. Una joven de 18 años presentó un supercondesador que podía emplearse en los dispositivos móviles de forma que podría cargarse la batería de un smartphone, por poner un ejemplo, en apenas 20 segundos, multiplicando además los ciclos de carga. Imagina el revuelo y el impacto que un invento de estas características tendría (tendrá) en el mercado.

Por fortuna, esta preocupación por hacer que el usuario se olvide de la batería durante la jornada va más allá de los dispositivos móviles y poco a poco va cuajando entre los fabricantes de portátiles. De esta manera, precisamente Intel nos sorprendió al anunciar por todo lo alto que su próxima arquitectura Haswell disparará la autonomía de los portátiles en un 50%, con lo que los portátiles que veamos a finales de este año o el que viene (incluidos los MacBook), podrían hacer que te olvidaras de los cables al salir de casa o el trabajo. ¿Te imaginas no tener que preocuparte por la batería?