Tenía que pasar. Muchos dicen eso de: “¿Tienes Facebook? ¡Cómprate una vida!”. Y lo que seguramente estas personas ignoran es que las tendencias en cuanto a redes sociales no dejan de evolucionary, en algunos casos, hacia mejor. Una nueva raza de aplicaciones está despuntando, pero estas, en vez de ayudarnos a conectar con nuestros amigos del pasado, del presente y del futuro, están destinadas a ahorrarnos la ansiedad de encontrarnos con alguien de quien no nos apetece saber nada, a evitar relaciones indeseadas, al fin y al cabo, a seguir ‘mejorando’ nuestra vida social, ¿o no?
¿Por qué suponen en Foursquare, por ejemplo, que vamos a querer coincidir en el mismo lugar y momento con absolutamente todos nuestros contactos? ¿Qué pasa si uno de ellos es la persona con la que acabo de terminar una relación complicada? ¿No me ayudaría más saber cómo evitar un encuentro con ella que… ¡encontrarme con ella!? Este es el objetivo con el que han nacido tres aplicaciones a manos de, como era de esperar, desarrolladores con cierto desprecio por la utilidad estándar de las redes sociales y hasta con un puntito de antipatía por el ser humano. Es el caso de Scott Garner, un estudiante del Programa de Telecomunicaciones Interactivas de la Universidad de Nueva York que, inspirándose en una obra de Sartre en la que el filósofo afirma: “Hell is other people”, ha desarrollado una aplicación con este nombre y basada en la geolocalización de sitios como Foursquare para mantener alerta al usuario de dónde se encuentran en el mapa sus contactos no deseados. La app dispone incluso de una llamada ‘distancia de seguridad’, una zona verde que te avisa cuando este cambia de ubicación pero se olvida de hacer check in.
También pensando nada más que en ayudar al prójimo, Adam Sadilek, junto a otros investigadores de la Universidad de Rochester en Nueva York, fue un paso más allá al crear la aplicación Fount.inque, mediante el análisis de mensajes de Twitter, puede usarse para predecir la salud de los usuarios con hasta un 91% de precisión. Una forma quizás algo escandalosa pero eficaz de mantenernos a salvo de relaciones sociales potencialmente perjudiciales durante, imaginemos, un largo viaje en autocar. Tan solo tienes que tuitear que anoche saliste y no te encuentras demasiado bien y asegurarte de incluir tu geolocalización. El algoritmo desarrollado por Sadilek y sus compañeros se encargará del resto, incluso de avisarte de si en tu área hay algún ‘griposo’ más como tú…
Aunque con total seguridad, el colmo de la suspicacia social es para el equipo detrás de Anomo, en especial para su cofundador Benjamin Liu. El ingenio hay que reconocérselo: Liu y sus colegas han creado una app en la que, a través de avatares, podemos interactuar con personas a las que no conocemos y a quienes tendremos que ver en persona próximamente, digamos que en alguna reunión de negocios. Así pretenden evitarnos los malos tragos y las situaciones embarazosas ante extraños.
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