Los sistemas de calefacción actuales usados en los edificios calientan recintos, no personas, gastan mucha energía en mantener volúmenes enormes a una temperatura adecuada, cuando lo único que es necesario es que las personas que allí se encuentren sientan la temperatura deseada.
Calentar únicamente el espacio ocupado por un cuerpo en movimiento, dejando el resto del recinto a temperatura ambiente, puede parecer imposible, pero es en eso en lo que han estado trabajando en el MIT Senseable City Lab, en dispositivos suficientemente inteligentes como para detectar a las personas, monitorizar su movimiento y enviar calor a esa zona, sin gastar más energía de la estrictamente necesaria.
El artículo C. Martani, et al., ENERNET: Studying the dynamic relationship between building occupancy and energy consumption, Energy Buildings (2012), doi:10.1016/j.enbuild.2011.12.037, publicado en PDF, fue la base del proyecto ahora analizado en forbes, muestra como el sistema de seguimiento de movimiento, basado en Wi-Fi, funciona en tiempo real, enviando datos desde el techo a los focos que irradian calor, paneles con lámparas de calor infrarrojo. Estas “bombillas de calor” se proyectan directamente sobre los ocupantes, con la ayuda de espejos y motores rotativos.
El sistema se estrenó la semana pasada en la Feria de Arquitectura de Venecia, aunque de momento solo es un prototipo.