Hace poco en la Comisión Europea se ha postulado que exista un cargador universal para todos los dispositivos electrónicos.

Parece ser que el que se postula como el cargador universal será el cargador tipo C, ahora debe de pasar aprobarse a través del Parlamento y Consejo Europeo.

Es interesante conocer los aspectos de la propuesta.

USB C, el puerto estándar.

El planteamiento de la Comisión Europea también persigue la armonización del puerto de carga y la tecnología de carga rápida; lo que quiere decir que se garantizará que esta tecnología no quede limitada por los fabricantes, de manera tal que cualquier dispositivo pueda cargarse a la misma velocidad incluso usando un cargador de otra marca. El mínimo de potencia en este caso sería de 25 vatios, cabe añadir.

Otro punto importante es la venta por separado de los cargadores; una medida que da la razón a Apple en vender sus móviles sin incluir el cargador.

De pasar esta legislación, cada fabricante podrá elegir si incluir o no un cargador con la compra del dispositivo, aunque eso sí, el cable tendrá que suministrarse de manera obligatoria. 

Considerando que fabricantes como Samsung y Xiaomi también han adoptado medidas similares, no nos sorprendería que este se haga el caso independientemente del resultado de la legislación.

De pasar esta legislación, el USB C se convertirá en el común denominador para cargar dispositivos móviles y los fabricantes tendrán un periodo de gracia de 2 años para adaptarse a los demás requerimientos explicados en este escrito.

Según un portavoz de este organismo, “Se estima que la reducción de la producción y eliminación de nuevos cargadores reducirá la cantidad de desechos electrónicos en casi mil toneladas anuales”. 

Como verán, esta medida se toma pensando en el medio ambiente y el desarrollo sostenible, por lo que podemos empatizar con la Unión Europea, aunque no estemos de acuerdo con toda la propuesta.

Por último, cabe acotar que la Comisión Europea no hace esto por capricho o por conveniencia de los usuarios, sino con el fin de reducir el volumen de residuos electrónicos generados por cada hogar.