El 8 de abril Microsoft dejó de dar soporte a Windows XP, un sistema operativo con más de 12 años de edad pero que todavía sigue muy presente en multitud de ordenadores de particulares y empresas. Según datos de la compañía de seguridad Kaspersky del pasado mes de enero, el 18% de los equipos informáticos de todo el mundo funcionaban con Windows XP. Desde Microsoft añadían hace unos días queel 30% de empresas españolas con Windows XP carecen de un plan para migrar a otro sistema.¿Cuál es el problema de no haber migrado a la nueva plataforma? Dado que Microsoft ha dejado de darle soporte, esto supone que el sistema operativo ya no tiene ni revisiones ni nuevas actualizaciones de seguridad, soporte y de contenido técnico. O, lo que es lo mismo: los equipos que sigan funcionando con Windows XP son más vulnerables ante cualquier tipo de ciberamenaza y, además, no tendrán ninguna posibilidad de ser parcheados.
Por otro lado, recuerdan desde la empresa de seguridad, a las vulnerabilidades del sistema operativo se suman las causadas por las aplicaciones que también han dejado de desarrollar sus versiones para Windows XP. “Estos programas –señala un comunicado de la empresa– se convertirán en otra puerta de entrada para infectar el equipo, aumentando las posibilidades de recibir un ataque”.
¿Qué hacer?
Aunque desde Kaspersky recuerdan la utilidad de las soluciones antivirus a la hora de proteger estos equipos –de hecho, la compañía se ha comprometido a continuar con el soporte para Windows XP pese al fin del soporte de Microsoft– también inciden en que el uso de éstas debería ser un recurso provisional ya que este tipo de software dejará de trabajar para Windows XP tarde o temprano.
Aun así, los expertos de la compañía hacen una serie de recomendaciones a los usuarios que sigan con Windows XP. Por ejemplo, en el caso de las empresas que tengan que continuar utilizando este sistema por diferentes razones, como la no compatibilidad de algunos softwares con los nuevos, recomiendan instalar un pack entero de actualizaciones de Windows Update. Además, como la mayor parte de las amenazas vienen de la Red, aconsejan desconectar Internet de todos los equipos o, por lo menos, reducir al mínimo la conexión.
Por otro lado, indican que no se usen los productos de Microsoft para Internet de hogar, como Windows Mail o Internet Explorer e instalar aplicaciones externas como Google Chrome o Mozilla Firefox. También aconsejan deshabilitar Java y Flash. “Si estas aplicaciones son importantes para algunas operaciones del equipo, hay que deshabilitar por lo menos su lanzamiento automático”, indican. Lo mismo hay que hacer para Adobe Reader, ya que los archivos PFD son una puerta de entrada para los cibercriminales muy frecuente.
Finalmente aconsejan que limitar el número de aplicaciones autorizadas a un listado de programas de confianza y bloquear cualquier software que se encuentre fuera de ella es lo más recomendable en este caso.
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