Google Translate incorpora la IA para sus traducciones.

Esto es una evolución necesaria, pero con matices, La apuesta por una interfaz más rica en contexto y posibilidades es comprensible. En un mundo donde la IA ya está presente en buscadores, asistentes de voz y correos electrónicos, era cuestión de tiempo que Google Translate también incorporara estas capacidades.

La clave estará en mantener el equilibrio: aprovechar el poder de la IA sin sacrificar la velocidad y facilidad de uso que han hecho de Translate una herramienta indispensable. Tal vez la mejor opción sería ofrecer dos modos de uso: uno básico y otro avanzado, permitiendo a cada usuario elegir según sus necesidades.

De momento, este rediseño sigue en pruebas, pero sin duda representa un paso interesante en la evolución de las herramientas de traducción.

Hay que contar que potente pero no inflaliblle, otro punto importante es la fiabilidad de la inteligencia artificial generativa. Aunque los modelos de lenguaje han mejorado notablemente en los últimos años, siguen siendo susceptibles a errores. No sería la primera vez que una IA confunde los niveles de formalidad, se inventa un sinónimo que no existe, o traduce mal una expresión idiomática.

Por ejemplo, si estás en Japón y usas una traducción informal al hablar con un funcionario, podrías sonar irrespetuoso sin saberlo. O si la IA se equivoca al traducir una dirección, puedes acabar en el lugar incorrecto. Estos fallos no son comunes, pero tampoco imposibles, y son especialmente sensibles en contextos internacionales.

Google lo sabe, y por eso está probando cuidadosamente estas funciones antes de un lanzamiento global. Pero aun así, existe cierta desconfianza entre usuarios y expertos sobre si estos cambios van en la dirección correcta.

Estas son las novedades

  • Varias traducciones posibles en lugar de una sola respuesta. Ya no se muestra un único resultado, sino que se ofrecen distintas alternativas dependiendo del contexto. Esto puede ser útil, por ejemplo, para diferenciar entre «banco» como entidad financiera y «banco» como asiento.
  • Acceso a dialectos regionales. Una función especialmente valiosa para quienes viajan o trabajan con idiomas que varían mucho según el país o la región. Por ejemplo, el español de Argentina no es igual al de México, y esta nueva herramienta lo tiene en cuenta.
  • Herramienta “Haz una pregunta”. Permite profundizar en aspectos como el origen de una palabra, el uso de modismos o incluso diferencias culturales en expresiones comunes.
  • Función “Práctica”. Aunque todavía no se sabe exactamente cómo funcionará, todo apunta a una posible integración con métodos de aprendizaje, quizás inspirados en aplicaciones como Duolingo.

Estas novedades no solo añaden posibilidades, también cambian la forma en que interactuamos con la aplicación. La experiencia ya no es solo “escribo una palabra y recibo su traducción”, sino que se convierte en una herramienta de exploración del idioma.

Una de las cosas que se esta barajando que en vez sea una herramienta de traducción, sea una herramienta de aprendizaje de idiomas.